jueves, 21 de febrero de 2019

Médula

Hace unas semanas vi una obra en el Teatro de La Locomotora, un espacio cultural independiente dedicado al teatro. Se llama Médula, escrita y dirigida por Diana Gómez, dramaturga oaxaqueña. Una obra escénica articulada en diferentes momentos que reflexiona sobre los recovecos del ser humana, más mujer que hombre.



Ironiza y dialoga con la imagen del retrato sobre como las mujeres nos reconocemos en otro espejo,  en otra yo, o intentamos reconocernos con nuestra otra yo que ofrece diálogos, reflexiones, y que de una manera muy cómica proyecta las dinámicas culturales, de rol, sociales y económicas que enfrentamos en el ámbito íntimo. 



Lo que más me gustó de la puesta en escena , es sentir cómo este proceso expresado vividamente de forma colectiva, y que poco ha sido explorado de manera íntima. Vivimos una dicotomía como seres lunares,  entre lo que sentimos, somos y queremos y lo que culturalmente debe ser, nos orillan a funcionar como seres no lunares, cuando somos cíclicas, y no hay espacio y tiempo para esta ciclicidad. 

También explora esos viajes cíclicos, no coherentes, que dan tumbos, donde no se termina de ver bien el camino, aunque se siente la dificultad de andar sobre éste. Justo esas divergencias donde nos cuestionamos la  (im) posibilidad de vernos en el entorno.

                                      

Donde hay que responder socialmente, producir, y resonar con lo que o quién está frente a nosotras, aunque ese quien o que realmente no resuene con nosotras. Así pues Médula es una obra entretejedora de las diferentes caras del sentir, con pocos recursos escénicos y una maravillosa actuación y ejercicio físico actoral de Diana que seguro las y los dejará con reflexiones y una cara de asombro.