LUNA ROJA
A
pesar de tratarse de un proceso natural del que todos sabemos, es raro hablar
del ciclo menstrual, construye barreras para nosotras mismas y nuestro entorno.
¿A cuántas nos han orientado para gozar el Don de ser mujeres y convertir esta experiencia en una fuente de
crecimiento? ¿A cuántos de nosotros nos han orientado para entender a las
mujeres?
La sociedad actual está orientada hacia lo masculino; las
mujeres tardamos en encontrar una guía para afrontar las experiencias y los
sentimientos del ciclo menstrual, no hemos aprendido a reconocer las
expresiones que surgen de nuestro cuerpo. No tenemos conciencia de nuestra
feminidad y de todo lo que involucra.
Para empezar tenemos que entender nuestro
ciclo menstrual en su totalidad, circular y continua. En cada fase nuestros óvulos cambian y nuestras energías también,
nos provocan reacciones distintas tanto a los hombres como a las mujeres.
Cuando
no sabemos fluir con nuestras propias energías creativas negamos nuestra naturaleza, la bloqueamos y la convertimos en
ira y frustración.
Siendo conscientes de nuestra naturaleza
cíclica podemos cambiar nuestra vida de manera positiva y podemos ayudar a
cambiar la de las demás orientando de la mejor manera a las niñas que recién
despiertan éstas energías, a las madres y a las que están dejando de menstruar,
así como a nuestros hijos y parejas para
que comprendan estos temas y sea más fácil la convivencia, y podamos transformarnos
como sociedad.
Mujeres y hombres debemos aceptar que la menstruación hace que las
mujeres experimentemos un estado de conciencia alterado el cual debemos
canalizar en forma positiva.
Antecedentes
En la antigüedad las sociedades sabían y
aceptaban sin duda el poder de la menstruación.
Las
mujeres se mantenían conectadas naturalmente con la energía
creativa, durante el flujo de sangre expresaban de manera natural su periodo de
enseñanza y aprendizaje por lo que se alejaban del bullicio de la comunidad
para reunirse con otras mujeres y usaban sus energías de manera colectiva para
instruir a las más jóvenes sobre la
naturaleza de sus cuerpos, las energías que estaban descubriendo y las
tradiciones espirituales que las acompañaban. Las mujeres aprendíamos a sentirnos
en armonía con nuestra propia naturaleza y aprendíamos a manejar las energías para el beneficio de la
comunidad y de la tierra.
Las
primeras sociedades patriarcales consideraron éste poder un peligro para ellos,
las energías sagradas y creativas se convirtieron en “fuente de energía
destructiva”, andante, sucia y contaminante, estas ideas llegaron a prohibir
que las mujeres practicáramos la comunicación con las energías creativas.
Al
aparecer las primeras manchas de sangre se apartaba a las mujeres de su
comunidad o incluso de la tierra porque su magia desenfrenada llegaba a afectar
a todo lo que estaba en contacto con ella, se temía que la mujer tuviera un
poder para que los hombres perdieran sus aptitudes para la caza, o un poder
para quitarles la vida. Se prohibió tocar ciertos objetos, comer carne y leche
para no dañar la cacería ni la producción de leche de las vacas. Se nos
consideró tan impuras que ofendíamos a la naturaleza y provocábamos una
alteración en el orden natural. El momento más peligroso fue el de la primera
menstruación; y la recién convertida en mujer tenía que permanecer alejada
siete años, guardada y regañada por ser mujer.
Con
tantas prohibiciones no dudo que las energías de las mujeres se encausaran mal
a través del tiempo, en nuestra memoria genética tenemos guardado el miedo a
expresar libremente nuestra menstruación.
Muchas religiones actualmente restringen
física y mentalmente a la mujer.
En
la cultura islámica una mujer menstruando no puede entrar a una mezquita,
antiguamente estaba penado con la muerte. En la cultura cristiana la
menstruación representa el pecado original de Eva.
En gran medida nuestra actitud hacia la
menstruación ha sido manipulada por la sociedad, las religiones, la política,
los medios y la falta de educación y conocimiento de las energías femeninas.
Las mujeres cambiamos nuestra percepción
de la vida según los cambios que experimenta nuestra sexualidad, mes a mes este
cambio altera nuestra consciencia y la manera de expresar nuestras energías
creativas.
“Los
ciclos de la sexualidad, la
espiritualidad y la conciencia creativa se tornan inseparables en una mujer que
vive su verdadera naturaleza, es decir, expresa su consciencia, crea a partir
de sus necesidades y sentimientos, celebra la alegría de vivir y el placer que
le proporciona su cuerpo, y expresa las relaciones entre su propio ser y los
mundos por los que se mueve.” Pag.
132
Las artes tradicionales femeninas son una
expresión de la vida que se ve reflejada en su propia existencia a todo nivel
porque el arte era básico y cotidiano. En su origen las energías creativas se
aplicaron a las áreas de supervivencia, tradición, belleza, maternidad, sabiduría y claridad interior, donde la
división entre arte y vida no existía, la mujer era el centro de la comunidad y
su estabilidad, ellas creaban el hogar para proporcionar seguridad y comodidad.
Las mujeres nómadas construían los refugios para sus hijos y su pareja, proporcionaba
el alimento, cultivando y cosechando la tierra, cocinando; almacenando granos
para el invierno, curaba con plantas, hacia ropa con pieles y crió ganado.
Modelaban las vasijas que utilizaban y
también fabricaban cestas. En la decoración de estas creaciones quedaba siempre impresa “la
belleza” en la conciencia de la comunidad.
La mujer creo la familia. Además de dar
vida a los hijos creo la idea de pertenecer a un entorno cuya estructura podía
proporcionar ayuda y apoyo, su necesidad de perdurar creo los conceptos de
linaje y continuidad. Transmitía a sus hijos el conocimiento necesario para la
supervivencia y el papel que desempeñaba la humanidad dentro de la naturaleza.
La
sexualidad femenina
La sexualidad femenina se honraba igual
que a la divinidad pues representaba la
capacidad de dar vida. Por eso el acto sexual era una experiencia de alto
contenido espiritual. El sexo era una plegaria, una forma de meditación y una
celebración de la vida y de lo divino, este era el momento en el que las
mujeres babilónicas y sumerias acudían a los templos para ofrecer sus actos
sexuales a la Diosa para mostrarle su devoción y voluntad para servirle.
El acto sexual tenía la capacidad de
conferir poder tanto a los hombres como a las mujeres. En muchas culturas un
hombre solo podía ser rey si se casaba y consumaba su matrimonio con la
representante de la Soberanía de esa tierra. A través del acto sexual el hombre
quedaba habilitado para ser rey porque recibía la autoridad, sabiduría,
responsabilidad e inspiración de la diosa de la tie rra. Y él despertaba las energías de su
compañera y de la tierra concediéndoles fertilidad y fecundidad.
La relación sexual conecta al ser humano
con la tierra, al hombre con la mujer y a la mujer con sus energías creativas,
gracias a lo cual ella se transforma en fuente de poder, inspiración, visión,
meditación, entusiasmo, desafío, energía y fortaleza para él. El hombre actúa
como catalizador en la vida de la mujer.
El sexo era una expresión espiritual y con
el tiempo y algunas doctrinas esta idea se distorsiono para convertirse en algo
perverso. Igual sucedió con la idea
de la menstruación que de representar un ciclo sagrado de fertilidad y
sabiduría se transformo para la sociedad en algo maligno y peligroso que es
mejor ignorar.
La sensualidad de una mujer no tiene
límites entre su persona y el espacio que la rodea, siempre estamos expresando nuestro mundo
interior.
Energías
del ciclo y arquetipos:
La
bruja-luna nueva- menstruación- violeta-invierno
La fase oscura de la Luna representa la
muerte de las emociones, las actitudes y los vínculos que ya no nos sirven del
mes anterior.
La
etapa de introspección empieza durante la menstruación o un poco antes y
termina aproximadamente cuando termina el sangrado.
Durante esta etapa se producen los
siguientes cambios:
Nuestro cuerpo
tiene menos energía física y se hincha, en nuestra mente el mundo real y cotidiano pierde importancia y hasta puede
volverse irritante, es muy difícil concentrarnos y poner atención en los
detalles, nuestros procesos mentales
son más lentos y hasta pueden detenerse en el punto de meditación o trance, nuestras
emociones se expresan fácilmente en
el exterior, somos muy sensibles y empáticas.
En este periodo nuestra vida debe volverse
más simple. La primera necesidad física que ordena nuestro cuerpo es bajar el
ritmo, ir más despacio, dormir más. Es
buen momento para que seleccionemos que cosas nos quitan tiempo y no son
importantes para buscar un espacio de
tranquilidad para nosotras mismas. Andando más despacio nos volveremos
elegantes, andando con prisa nos
volvemos torpes.
Estructurar nuestros pensamientos usando
la lógica es más difícil pero nuestra capacidad intuitiva, nuestras fantasías,
ensoñaciones, visualizaciones y sueños nos pueden enseñar mucho acerca de
nosotras mismas y de la conexión de nuestro cuerpo con el universo a través de
los ciclos, porque son estados mentales de consciencia en los que puede
interactuar nuestro subconsciente. Son buenos momentos para desarrollar la
claridad interior, la visión, la sabiduría imaginativa, la predicción y las
experiencias místicas.
La energía es muy intensa y sentimos la
urgencia de expresar profundos sentimientos de amor y romance, el sexo puede
ser una experiencia de amor intenso, casi espiritual entre las dos personas; somos
muchísimo más sensibles y podemos percibir con más intensidad el dolor de las demás personas o del entorno, esta
capacidad lejos de representar una desventaja o vulnerabilidad emocional nos
está enseñando a experimentar los sentimientos de pérdida para tener la
comprensión de los ciclos de muerte y renovación. El llanto es una manera
natural de sanar y liberar estas energías, de no ser liberadas pueden tornarse
destructivas como sentimientos de impotencia
La manera más fácil de reflejar nuestros
sentimientos en el exterior es a través de nuestra apariencia. La ropa que
usamos, los diferentes peinados, las joyas, el maquillaje y los colores que
combinamos claramente son una expresión creativa de nuestro ser.
Nuestra imagen nos está expresando.
Si elegimos hacer que los colores de
nuestra ropa coincidan con los del ciclo, podemos hacer que despierte nuestro
conocimiento de los vínculos de nuestros
ciclos con nuestro cuerpo y con nuestro espíritu. Además es una manera de
fortalecer dentro de nosotros las cualidades
naturales de cada fase, que se verán expresadas en nuestro modo de
andar, nuestros gestos, nuestros modales y actitud con los demás.
El énfasis de las energías varía según la
fase lunar en la que se presente. Si menstruamos durante la fase de la luna
nueva nuestras energías se relacionan con los niveles más profundos de nuestra
conciencia, podemos percibir más allá del mundo visible. Si nuestra
menstruación coincide con la fase de la
luna llena podemos llevar al exterior las energías y los misterios de la
oscuridad interior; cuando dejamos que
domine esta fase perdemos contacto con el mundo real, nos aislamos para vivir en
un mundo de fantasía y sueños, pero si reprimimos las energías de esta fase la
sabiduría que llevamos en nuestro ser no se puede expresar y perdemos nuestra
capacidad de crecer a través del cambio.
La
virgen- luna nueva- fase preovulatoria- color blanco- primavera.
La virgen es el lado activo de nuestra
naturaleza interior de tal modo que lo que intuimos en la menstruación se plasma y en
esta etapa la expresamos en nuestras acciones. La luz de la virgen surge de la
oscuridad para traer nuevos bríos, conciencia y estructuración a nuestras
vidas, para disipar el miedo y la ignorancia
La fase de la virgen es un periodo de
renacimiento de las nuevas energías que son radiantes y activas tanto física
como mentalmente. La fase puede empezar cuando termina el sangrado o bien
durante sus últimos días.
Nos volvemos mentalmente fuertes, analíticas,
nuestros pensamientos son claros, tenemos mucha capacidad de concentración y podemos estructurar, entrar en detalles y
seleccionar las prioridades, nos encontramos seguras de nuestras aptitudes. Con
esta energía podemos impulsar y favorecer nuevos proyectos para prosperar en el trabajo y en la vida, (si
durante este periodo utilizas tu capacidad de concentración y atención al
detalle seguramente podrás lograr las
metas que te propongas).Adquirimos mayor independencia, necesitamos menos
apoyo, consuelo y estímulo de los demás. Tenemos fuerza suficiente para
realizar empresas en las que creemos aunque otros se opongan, fuerza para
proteger a los débiles o víctimas de injusticias, nuestro cuerpo se desinflama,
recupera su flexibilidad, vigor y juventud seguramente esto nos da seguridad
y nos facilita la comunicación y la
sociabilidad, nos sentimos capaces de enfrentar los desafíos de la vida
cotidiana, somos firmes y ambiciosas, nuestra
sexualidad está fresca y renovada, contamos con más vigor y energía imprimimos
una joven sexualidad en el modo de comportarnos, nuestros actos sexuales están
llenos de alegría y amor; de hecho la primera relación sexual después de
menstruar renueva el vínculo con nuestra pareja.
Es un periodo en el que queremos diversión
y emoción pues tenemos entusiasmo, jovialidad y frivolidad y lo expresamos en nuestro aspecto externo de tal
manera que podemos tener cierta tendencia al escoger los colores de nuestra
ropa o determinadas prendas más juveniles y algunos accesorios como aretes y
demás cosas, nuestro cuerpo reflejara la
alegría de vivir, los colores de la primavera se convierten en la expresión y
el reflejo de la vida.
Es conveniente que estimulemos tanto el cuerpo como la mente
porque necesitamos actividad. Podemos realizar ejercicio físico, comer sano o
empezar una dieta. Socialmente podemos
expresar y crear cualquier tipo de proyecto individual o colectivo, usar
ideas nuevas nos ayuda a saber si funcionan.
También debemos aprovechar para terminar
lo que no pudimos hacer por el cambio de energía durante la menstruación y así
no tener arrastrando pendientes. Es momento para establecer, organizar y
analizar las prioridades y los objetivos en nuestra vida.
Esta fase debe estar equilibrada con las
otras, una mujer que se deja dominar por la energía de la virgen puede volcarse
demasiado a su carrera y volverse muy ambiciosa, seguramente podrá ser muy
exitosa, autosuficiente e independiente, pero le será muy difícil entregarse
por completo a una relación de cualquier tipo. Al bloquear el resto de las
energías una mujer puede transformarse en un “hombre de honor”.
La madre- la luna llena- fase ovulatoria- color rojo-
verano
La madre es símbolo de fertilidad,
nutrición y fortalecimiento de sus semejantes, es el momento de reconocer el
vínculo que tenemos con la tierra.
Bajo la luz de la luna llena renovamos
nuestra conexión con lo divino que está presente en la naturaleza y en nosotras
mismas, esta fase aparece más o menos durante la ovulación, si nuestra
ovulación se produce durante la luna llena experimentaremos la certeza de ser
parte de la creación y participar en ella, en este periodo también tenemos
fuerza y energía pero en lugar de ser dinámica ahora es abnegada, éste es el momento en el que nuestro aspecto
interno de amor y protección se equilibra con el aspecto externo.
La Madre tiene la capacidad de
responsabilizarse de los demás, nos cuida, guía, ama, aconseja y nos ofrece su
compasión, la madre es el pilar de la familia y la mantiene unida. Son buenos momentos para
ponernos en contacto con amigos y familiares que tiene tiempo que no visitamos,
para visitar a nuestra madre o hacer algo especial con nuestros hijos; nos da
seguridad en nosotras mismas incrementando nuestra integridad, satisfacción y
autoestima, el enfoque de esta energía se encuentra en los demás y no en
nosotras mismas, nos posibilita para ayudar,
animar, apoyar, alentar y dar fuerza a los que nos rodean, podemos ser
más receptivas a las ideas de los demás y aportarles nuevos enfoques o
perspectivas, incluso algunas personas se nos acercaran con más confianza para pedirnos ayuda o
consejos, y nosotras podemos ayudar utilizando nuestra fuerza y sabiduría
maternas.
La sexualidad de la madre genera un
impulso creativo muy fuerte que podemos aprovechar para darle vida a nuevas
ideas y ponerlas en práctica; el impulso sexual es fuerte y trae un profundo
amor por nuestras parejas.
Si
algunos proyectos a largo plazo avanzan muy despacio podemos utilizar la fase
de la madre para mantenerlos vivos e inyectarles entusiasmo, la expresión de
ésta energía creativa puede ser manifestada en el cuidado de nuestro jardín o
de nuestra casa, organizando o redecorando.
Esta etapa es más profunda y menos
superficial, el estilo y los colores de la ropa que usamos pueden tender a
reflejar los colores de la naturaleza, del verano, ropas étnicas de fibras y
tintes naturales, o bien el uso de colores rojos o verdes como símbolo de la
vida.
Nuestra expresión es externa e interna,
puede ser un periodo muy espiritual que nos ayuda a sentir la armonía de la
vida de la naturaleza y de la divinidad. Para poder sentir la naturaleza y la
vida nuestro ser sentirá ganas de ver la luna, el cielo, las estrellas, oler
las flores, sentir el viento, sentiremos más ganas de rodearnos de la belleza
de la naturaleza incluso en la oscuridad de la noche porque podemos descubrirla
en un nivel más profundo, sentiremos nuestra semejanza, aprenderemos de ella, la cuidaremos y
respetaremos como a nuestra madre, porque lo es.
Cuando las mujeres reprimimos las energías
de la madre no aprendemos los profundos lazos que nacen del hecho de compartir
o cuidar de otras personas. Por el contrario si dejamos que estas energías
dominen nuestra vida podemos ser demasiado pasivas, sin ambiciones ni confianza
en nosotros mismas cuando surgen temas que no tienen que ver con la madre, no
tendremos conciencia de nuestras propias necesidades y la familia se convertirá
en la única razón de nuestra existencia, será difícil dejar ir a los hijos y
adaptarse a la nueva situación.
La
hechicera- luna menguante-fase premenstrual-color azul y negro- otoño
La
sabiduría, la puerta de la muerte y el camino hacia los poderes del mundo
interior, estas energías surgen cuando el óvulo ya ha sido liberado pero no ha
sido fecundado.
En esta fase el vigor físico y el
pensamiento intelectual se empiezan a hacer a un lado para dar paso al pensamiento
intuitivo, nuestra energía se empieza a orientar hacia el interior y las
mujeres empezamos a percibir el lado interno y misterioso de nuestra
naturaleza, mientras avanza esta fase,
experimentamos una mayor necesidad de dormir pero nuestra mente está muy
inquieta como para relajarnos, esta actividad mental es el reflejo de la
creciente energía creativa que fluye en nuestro cuerpo, cada vez nos sentiremos
mas inquietas, sensibles y empáticas, nuestro nivel de concentración es más
bajo y nuestros pensamientos se volverán más ilógicos y emocionales. Tenemos
mayor conciencia de nuestra naturaleza interior, podemos sentir la necesidad de
aprender o practicar asuntos relacionados con lo esotérico, espiritual, psicológico o intuitivo
porque incluso nuestros sueños podrán evocar temas mágicos.
Nuestra sexualidad se hace más poderosa e
intensa, nos sentimos más sensuales y nos damos cuenta de nuestra propia magia
y poder así como del efecto que tienen estos atributos en los hombres. Tenemos
gran seguridad en nosotras mismas para provocar y seducir, nuestra sexualidad
se torna agresiva exigente y hasta cierto punto egoísta y vampírica porque la
finalidad es satisfacer nuestros propios deseos, con el avance de esta energía
la sensualidad se vuelve erotismo y somos tan atrevidas como audaces e
irresponsables.
En los días previos a la menstruación
aumenta nuestro impulso sexual esto significa que hay que darnos tiempo para
disfrutar del sexo, puede que sintamos el impulso de que nuestra pareja nos
garantice su amor y su fidelidad, pero
en vez de esperar que nos satisfagan hay que aplicar nuestra sexualidad en el
romance y usarla para seducir y volvernos más aventureras y excitantes.
Nuestros pechos y nuestro vientre
comienzan a hincharse pero con la sensualidad y sexualidad que emerge de
nuestro cuerpo no dudemos que la redondez de nuestro cuerpo es una buena
expresión de nuestra condición de ser mujeres.
Manifestamos de manera consciente o inconsciente
los colores oscuros en nuestra
ropa, el uso de telas suaves y vaporosas
o el uso de lencería sexi para reflejar nuestra naturaleza erótica.
Las energías de la hechicera tienen un
aspecto negativo y uno positivo, uno constructivo y otro destructivo, si
dejamos que las dos energías fluyan
podemos encontrar el equilibrio entre ellas, posee violentas explosiones de
creación o destrucción así que en la medida de lo posible hay que aplicar esta
creatividad en cualquier tipo de tareas y prepararnos para aceptar las ganas de destruir lo que
acabamos de crear, teniendo en cuenta que lo importante es liberar estas
energías sin causar daño. La práctica de la relajación nos puede ayudar.
A veces nos comportamos celosas y
sarcásticas, reprochamos y regañamos a los demás, podemos ser muy exageradas y
complicar las cosas, algunas podremos hablar con sinceridad y lastimar a
alguien más. Pero si usamos esta sinceridad para con nosotras mismas podremos concientizarnos sobre las cosas que
debemos cambiar, porque la hechicera descubre que las cosas no son estáticas,
lo viejo tiene que morir para que viva lo nuevo.
Tenemos que guiar las energías creativas
para aplicarlas en la vida cotidiana, aprendamos a usar nuestros periodos de
introspección para examinar nuestra vida y decidir qué cambios necesitamos
llevar a cabo. Pueden ser una herramienta de destrucción controlada que nos
ayuda a deshacernos de todo lo viejo y no deseado en nuestras vidas y romper
los lazos que nos atan a ellos.
Esta etapa refleja la necesidad de cambiar
y crecer que tenemos las mujeres, podemos
dejar los aspectos de nuestras relaciones que no son necesarios o que
causan problemas. Por pequeños que sean los cambios que hagamos son necesarios
y hay que hacerlos. Algunas tenderemos a limpiar a fondo nuestra casa unos días antes de la menstruación, sin saber
que esta acción está expresando nuestro ser y por eso al estar terminando con el ciclo viejo limpiamos los escombros.
Los cambios radicales de humor, el
comportamiento exigente, la sensación de inseguridad e intranquilidad, la
frustración y la hiperactividad mal enfocada son el resultado del desequilibrio
y la restricción de estas energías, ya que, aunque las tratemos de reprimir
estas energías encuentran salida, solo que mal enfocadas, se tornan
destructivas para nosotras y pueden derivar en depresión.
En la totalidad del ciclo, la mujer
desciende desde el exterior luminoso hasta la oscuridad de su interior y vuelve
a nacer a la luz para morir de nuevo en
la oscuridad constante mente, mes a mes.
Si
como mujeres no somos capaces de descender a nuestro interior ya sea por
ignorar el cambio o por reprimirnos el lado oculto de nuestra naturaleza rompemos el vínculo entre nuestro
cuerpo, nuestra mente y nuestro ciclo.
Si
las energías que manifiesta la mente quedan atrapadas si fluir se manifiesta la
autodestrucción, una mujer que se odia y odia su naturaleza se destruye; cuando
las mujeres no manifestamos la fase de la hechicera mostramos auto agresividad,
violencia, desordenes alimenticios, comportamiento maniaco o compulsivo, si
dejamos que domine en nuestra vida la hechicera podemos tornarnos más
agresivas, dominantes, poco tolerantes, poco consideradas con los demás,
nuestra creatividad se vuelve compulsiva, inestable, incontrolable, y nuestras
relaciones son cortas y de interés sexual.
Las
energías creativas
Las energías creativas aparecen como
estallidos repentinos que si aprendemos a utilizar podrían ser la clave para nuestra evolución, existen
según nuestro ciclo hormonal, en las fases preovulatorias somos o deberíamos ser naturalmente más iniciáticas
y visionarias, durante la ovulación ser
más físicas y emocionales, en la premenstrual más dinámicas e intuitivas y en
la menstrual más instintivas y espirituales. Naturalmente acompañadas de la
sensualidad femenina en cada una
Las energías creativas de la mente se
expresan mediante la visualización y el pensamiento, las energías creativas del
cuerpo las expresamos mediante nuestra interacción con el mundo que nos rodea.
La visualización de imágenes o símbolos de nuestro ciclo menstrual nos ayudan a
identificarnos con ellos para establecer un vínculo entre nuestra mente y
nuestras energías creativas. Las ideas que surjan de nosotras también son
nuestras hijas concebidas en el útero de la mente, y pueden adoptar una forma
física o formar parte de nuestro crecimiento interior.
Si liberamos las energías creativas de
forma constructiva podemos alcanzar el equilibrio y la armonía.
Las
habilidades tradicionales son
las maneras más sencillas de expresar nuestras energías creativas por medio de
las manos, (durante generaciones las mujeres hemos hilado, cosido, tejido, cocinado,
horneado y decorado todo) la imposición de manos es una opción para liberar las
energías creativas con propósitos curativos; el arte que es de las formas más
antiguas de expresión ya sea del cuerpo,
voz, música, danza, pintura,
escultura, escritura, fotografía, cine
etc. Todas reflejan la conexión de
nosotras con el entorno y nuestra consciencia espiritual. Por ejemplo bailar al
ritmo de la música nos ayuda a conocer más nuestro cuerpo y a expresar nuestras
emociones internas, es una manera de sanar,
pues nuestras necesidades y desequilibrios internos encuentran una expresión
constructiva en el exterior.
El sexo y el erotismo son fuerzas
poderosas al momento de generar arte, la sexualidad ofrece la posibilidad de
crear y modelar la vida, el acto sexual despierta la creatividad de la mujer e
intensifica nuestra capacidad de inspiración que se verá reflejada en la vida
cotidiana y en nuestra relación con la naturaleza.
Conclusión
Un mundo en el que se dedica poco tiempo a
la expresión creativa es un mundo desconectado de su propia naturaleza. Actualmente debemos restablecer de manera más consciente
los roles estrictos de la mujer porque las energías creativas y las aptitudes
femeninas tienen mucho que ofrecer a la sociedad.
Las mujeres que estamos aisladas,
cansadas, poco inspiradas, sin actividad sexual y pensando que el mundo que nos
rodea es cada vez peor, estamos restringiendo
nuestras energías creativas, y ahora también descubrimos que nuestros estados
de irritabilidad, frustración, tendencias destructivas y los comportamientos
compulsivos que podemos llegar a tener son producto de la represión de nuestras energías.
El ciclo menstrual puede activar el
crecimiento físico, emocional, intelectual y espiritual de la mujer., por lo
tanto el crecimiento de las sociedades.
Si
las mujeres somos consientes de nuestros ciclos y nuestras energías no tenemos
porqué parecer o estar enfermas, locas, histéricas, frustradas, ni feas.
Cada una de nosotras puede elegir lo que
quiere vivir, podemos construirnos y destruirnos a nosotras mismas, tal vez el
“ignorar” la conexión de nuestra naturaleza con los ciclos y las energías
creativas inherentes era un buen pretexto para destruirnos, pero ahora que sabemos
cómo funcionan y cómo podemos expresarlas es un buen pretexto para
construirnos.
Las mujeres debemos saber:
-Revalorar las cuestiones femeninas, son
sumamente sagradas y contienen infinita sabiduría.
-Las mujeres debemos aceptar que nuestra
menstruación nos hace experimentar un estado de conciencia alterado el cual
debemos utilizar en forma positiva.
-Trabajar nuestro conocimiento personal
para comprender la naturaleza cíclica femenina y los ritmos del universo.
-Ser responsables de trabajar con las
energías creativas de nuestro ser.
-Ser mujer es un Don.
En lo que conozco de la tradición de
temazcal me han enseñado que es preferible que una mujer menstruando no mezcle
su energía con la de los hombres dentro del temazcal y algunos argumentan que
lo hacen para ¿protegernos o protegerse? Lo cierto es que no hacemos daño ni
necesitamos que nos protejan, simplemente necesitamos aceptar nuestra naturaleza
y reconocer la sabiduría que habita en nuestro ser para transformarnos juntos
dentro de un temazcal.
Recopilación y palabras de la compañera Kandy, temazcalera que por un tiempo se enfocó en trabajar con mujeres en temazcal porque no nos dejaban entrar al de hombres, mientras menstruábamos y no comprendíamos y aceptábamos que fuera de esa manera. Nos parece que ni ellos comprendían porque nos segregaban, el ser humano siempre ha apartado a lo que es diferente, por miedo e ignorancia, esto no era la excepción, también nos pasó.
Bibliografía:
Luna roja. Miranda Gray. Ed. Gaia.