martes, 27 de marzo de 2018

Entenderse como seres de luna roja

                                                               LUNA ROJA
 A pesar de tratarse de un proceso natural del que todos sabemos, es raro hablar del ciclo menstrual, construye barreras para nosotras mismas y nuestro entorno. ¿A cuántas nos han orientado para gozar el Don de ser mujeres y convertir esta experiencia en una fuente de crecimiento? ¿A cuántos de nosotros nos han orientado para entender a las mujeres?


La sociedad actual  está orientada hacia lo masculino; las mujeres tardamos en encontrar una guía para afrontar las experiencias y los sentimientos del ciclo menstrual, no hemos aprendido a reconocer las expresiones que surgen de nuestro cuerpo. No tenemos conciencia de nuestra feminidad y de todo lo que involucra.
Para empezar tenemos que entender nuestro ciclo menstrual en su totalidad, circular y continua. En  cada fase nuestros  óvulos cambian y nuestras energías también, nos provocan reacciones distintas tanto a los hombres como a las mujeres.
 Cuando no sabemos fluir con nuestras propias energías creativas negamos nuestra  naturaleza, la bloqueamos y la convertimos en ira y frustración.
Siendo conscientes de nuestra naturaleza cíclica podemos cambiar nuestra vida de manera positiva y podemos ayudar a cambiar la de las demás orientando de la mejor manera a las niñas que recién despiertan éstas energías, a las madres y a las que están dejando de menstruar, así como a nuestros hijos y parejas  para que comprendan estos temas y sea más fácil la convivencia, y podamos transformarnos como sociedad.
    Mujeres y hombres debemos aceptar que la menstruación hace que las mujeres experimentemos un estado de conciencia alterado el cual debemos canalizar en forma positiva.
Antecedentes
En la antigüedad las sociedades sabían y aceptaban sin duda el poder de la menstruación.
 Las mujeres  se mantenían conectadas naturalmente con la energía creativa, durante el flujo de sangre expresaban de manera natural su periodo de enseñanza y aprendizaje por lo que se alejaban del bullicio de la comunidad para reunirse con otras mujeres y usaban sus energías de manera colectiva para instruir a las más jóvenes  sobre la naturaleza de sus cuerpos, las energías que estaban descubriendo y las tradiciones espirituales que las acompañaban. Las mujeres aprendíamos a sentirnos en armonía con nuestra propia naturaleza y aprendíamos a  manejar las energías para el beneficio de la comunidad y de la tierra.
 Las primeras sociedades patriarcales consideraron éste poder un peligro para ellos, las energías sagradas y creativas se convirtieron en “fuente de energía destructiva”, andante, sucia y contaminante, estas ideas llegaron a prohibir que las mujeres practicáramos la comunicación con las energías creativas.
 Al aparecer las primeras manchas de sangre se apartaba a las mujeres de su comunidad o incluso de la tierra porque su magia desenfrenada llegaba a afectar a todo lo que estaba en contacto con ella, se temía que la mujer tuviera un poder para que los hombres perdieran sus aptitudes para la caza, o un poder para quitarles la vida. Se prohibió tocar ciertos objetos, comer carne y leche para no dañar la cacería ni la producción de leche de las vacas. Se nos consideró tan impuras que ofendíamos a la naturaleza y provocábamos una alteración en el orden natural. El momento más peligroso fue el de la primera menstruación; y la recién convertida en mujer tenía que permanecer alejada siete años, guardada y regañada por ser mujer.
 Con tantas prohibiciones no dudo que las energías de las mujeres se encausaran mal a través del tiempo, en nuestra memoria genética tenemos guardado el miedo a expresar libremente nuestra menstruación.
Muchas religiones actualmente restringen física y mentalmente a la mujer.
 En la cultura islámica una mujer menstruando no puede entrar a una mezquita, antiguamente estaba penado con la muerte. En la cultura cristiana la menstruación representa el pecado original de Eva.
En gran medida nuestra actitud hacia la menstruación ha sido manipulada por la sociedad, las religiones, la política, los medios y la falta de educación y conocimiento de las energías femeninas.
Las mujeres cambiamos nuestra percepción de la vida según los cambios que experimenta nuestra sexualidad, mes a mes este cambio altera nuestra consciencia y la manera de expresar nuestras energías creativas.
 “Los ciclos de la sexualidad,  la espiritualidad y la conciencia creativa se tornan inseparables en una mujer que vive su verdadera naturaleza, es decir, expresa su consciencia, crea a partir de sus necesidades y sentimientos, celebra la alegría de vivir y el placer que le proporciona su cuerpo, y expresa las relaciones entre su propio ser y los mundos por los que se mueve.”   Pag. 132
Las artes tradicionales femeninas son una expresión de la vida que se ve reflejada en su propia existencia a todo nivel porque el arte era básico y cotidiano. En su origen las energías creativas se aplicaron a las áreas de supervivencia, tradición, belleza, maternidad,  sabiduría y claridad interior, donde la división entre arte y vida no existía, la mujer era el centro de la comunidad y su estabilidad, ellas creaban el hogar para proporcionar seguridad y comodidad. Las mujeres nómadas construían los refugios para sus hijos y su pareja, proporcionaba el alimento, cultivando y cosechando la tierra, cocinando; almacenando granos para el invierno, curaba con plantas, hacia ropa con pieles y crió ganado.
Modelaban las vasijas que utilizaban y también fabricaban cestas. En la decoración de  estas creaciones quedaba siempre impresa “la belleza” en la conciencia de la comunidad.
La mujer creo la familia. Además de dar vida a los hijos creo la idea de pertenecer a un entorno cuya estructura podía proporcionar ayuda y apoyo, su necesidad de perdurar creo los conceptos de linaje y continuidad. Transmitía a sus hijos el conocimiento necesario para la supervivencia y el papel que desempeñaba la humanidad dentro de la naturaleza.
La sexualidad femenina
La sexualidad femenina se honraba igual que  a la divinidad pues representaba la capacidad de dar vida. Por eso el acto sexual era una experiencia de alto contenido espiritual. El sexo era una plegaria, una forma de meditación y una celebración de la vida y de lo divino, este era el momento en el que las mujeres babilónicas y sumerias acudían a los templos para ofrecer sus actos sexuales a la Diosa para mostrarle su devoción y  voluntad para servirle.
El acto sexual tenía la capacidad de conferir poder tanto a los hombres como a las mujeres. En muchas culturas un hombre solo podía ser rey si se casaba y consumaba su matrimonio con la representante de la Soberanía de esa tierra. A través del acto sexual el hombre quedaba habilitado para ser rey porque recibía la autoridad, sabiduría, responsabilidad e inspiración de la diosa de la tie    rra. Y él despertaba las energías de su compañera y de la tierra concediéndoles fertilidad y fecundidad.
La relación sexual conecta al ser humano con la tierra, al hombre con la mujer y a la mujer con sus energías creativas, gracias a lo cual ella se transforma en fuente de poder, inspiración, visión, meditación, entusiasmo, desafío, energía y fortaleza para él. El hombre actúa como catalizador en la vida de la mujer.
El sexo era una expresión espiritual y con el tiempo y algunas doctrinas esta idea se distorsiono para convertirse en algo perverso. Igual sucedió con la idea de la menstruación que de representar un ciclo sagrado de fertilidad y sabiduría se transformo para la sociedad en algo maligno y peligroso que es mejor ignorar.
La sensualidad de una mujer no tiene límites entre su persona y el espacio que la rodea,  siempre estamos expresando nuestro mundo interior.
  Energías del ciclo y arquetipos:
La bruja-luna nueva- menstruación- violeta-invierno
La fase oscura de la Luna representa la muerte de las emociones, las actitudes y los vínculos que ya no nos sirven del mes anterior.
 La etapa de introspección empieza durante la menstruación o un poco antes y termina aproximadamente cuando termina el sangrado.
Durante esta etapa se producen los siguientes cambios:
 Nuestro cuerpo tiene menos energía física y se hincha, en nuestra mente el mundo real y cotidiano pierde importancia y hasta puede volverse irritante, es muy difícil concentrarnos y poner atención en los detalles, nuestros procesos mentales son más lentos y hasta pueden detenerse en el punto de meditación o trance, nuestras emociones se expresan fácilmente en el exterior, somos muy sensibles y empáticas.
En este periodo nuestra vida debe volverse más simple. La primera necesidad física que ordena nuestro cuerpo es bajar el ritmo,  ir más despacio, dormir más. Es buen momento para que seleccionemos que cosas nos quitan tiempo y no son importantes  para buscar un espacio de tranquilidad para nosotras mismas. Andando más despacio nos volveremos elegantes,  andando con prisa nos volvemos torpes.
Estructurar nuestros pensamientos usando la lógica es más difícil pero nuestra capacidad intuitiva, nuestras fantasías, ensoñaciones, visualizaciones y sueños nos pueden enseñar mucho acerca de nosotras mismas y de la conexión de nuestro cuerpo con el universo a través de los ciclos, porque son estados mentales de consciencia en los que puede interactuar nuestro subconsciente. Son buenos momentos para desarrollar la claridad interior, la visión, la sabiduría imaginativa, la predicción y las experiencias místicas.
La energía es muy intensa y sentimos la urgencia de expresar profundos sentimientos de amor y romance, el sexo puede ser una experiencia de amor intenso, casi espiritual entre las dos personas; somos muchísimo más sensibles y podemos percibir con más intensidad el dolor  de las demás personas o del entorno, esta capacidad lejos de representar una desventaja o vulnerabilidad emocional nos está enseñando a experimentar los sentimientos de pérdida para tener la comprensión de los ciclos de muerte y renovación. El llanto es una manera natural de sanar y liberar estas energías, de no ser liberadas pueden tornarse destructivas como sentimientos de impotencia
La manera más fácil de reflejar nuestros sentimientos en el exterior es a través de nuestra apariencia. La ropa que usamos, los diferentes peinados, las joyas, el maquillaje y los colores que combinamos claramente son una expresión creativa de nuestro ser.
Nuestra imagen nos está expresando.
Si elegimos hacer que los colores de nuestra ropa coincidan con los del ciclo, podemos hacer que despierte nuestro conocimiento de los  vínculos de nuestros ciclos con nuestro  cuerpo y con  nuestro espíritu. Además es una manera de fortalecer dentro de nosotros las cualidades  naturales de cada fase, que se verán expresadas en nuestro modo de andar, nuestros gestos, nuestros modales y actitud con los demás.
El énfasis de las energías varía según la fase lunar en la que se presente. Si menstruamos durante la fase de la luna nueva nuestras energías se relacionan con los niveles más profundos de nuestra conciencia, podemos percibir más allá del mundo visible. Si nuestra menstruación coincide con la fase de  la luna llena podemos llevar al exterior las energías y los misterios de la oscuridad interior;  cuando dejamos que domine esta fase perdemos contacto con el mundo real, nos aislamos para vivir en un mundo de fantasía y sueños, pero si reprimimos las energías de esta fase la sabiduría que llevamos en nuestro ser no se puede expresar y perdemos nuestra capacidad de crecer a través del cambio.
La virgen- luna nueva- fase preovulatoria- color blanco- primavera.
La virgen es el lado activo de nuestra naturaleza interior de tal modo que lo que  intuimos en la menstruación se plasma y en esta etapa la expresamos en nuestras acciones. La luz de la virgen surge de la oscuridad para traer nuevos bríos, conciencia y estructuración a nuestras vidas, para disipar el miedo y la ignorancia
La fase de la virgen es un periodo de renacimiento de las nuevas energías que son radiantes y activas tanto física como mentalmente. La fase puede empezar cuando termina el sangrado o bien durante sus últimos días.  
Nos volvemos mentalmente fuertes, analíticas, nuestros pensamientos son claros, tenemos mucha capacidad de concentración y  podemos estructurar, entrar en detalles y seleccionar las prioridades, nos encontramos seguras de nuestras aptitudes. Con esta energía podemos impulsar y favorecer nuevos proyectos  para prosperar en el trabajo y en la vida, (si durante este periodo utilizas tu capacidad de concentración y atención al detalle  seguramente podrás lograr las metas que te propongas).Adquirimos mayor independencia, necesitamos menos apoyo, consuelo y estímulo de los demás. Tenemos fuerza suficiente para realizar empresas en las que creemos aunque otros se opongan, fuerza para proteger a los débiles o víctimas de injusticias, nuestro cuerpo se desinflama, recupera su flexibilidad, vigor y juventud seguramente esto nos da seguridad y  nos facilita la comunicación y la sociabilidad, nos sentimos capaces de enfrentar los desafíos de la vida cotidiana,  somos firmes y ambiciosas, nuestra sexualidad está fresca y renovada, contamos con más vigor y energía imprimimos una joven sexualidad en el modo de comportarnos, nuestros actos sexuales están llenos de alegría y amor; de hecho la primera relación sexual después de menstruar renueva el vínculo con nuestra pareja.
Es un periodo en el que queremos diversión y emoción pues tenemos entusiasmo, jovialidad y frivolidad y lo  expresamos en nuestro aspecto externo de tal manera que podemos tener cierta tendencia al escoger los colores de nuestra ropa o determinadas prendas más juveniles y algunos accesorios como aretes y demás cosas,  nuestro cuerpo reflejara la alegría de vivir, los colores de la primavera se convierten en la expresión y el reflejo de la vida.
Es conveniente  que estimulemos tanto el cuerpo como la mente porque necesitamos actividad. Podemos realizar ejercicio físico, comer sano o empezar una dieta. Socialmente podemos  expresar y crear cualquier tipo de proyecto individual o colectivo, usar ideas nuevas nos ayuda a saber si funcionan.
También debemos aprovechar para terminar lo que no pudimos hacer por el cambio de energía durante la menstruación y así no tener arrastrando pendientes. Es momento para establecer, organizar y analizar las prioridades y los objetivos en nuestra vida.
  Esta fase debe estar equilibrada con las otras, una mujer que se deja dominar por la energía de la virgen puede volcarse demasiado a su carrera y volverse muy ambiciosa, seguramente podrá ser muy exitosa, autosuficiente e independiente, pero le será muy difícil entregarse por completo a una relación de cualquier tipo. Al bloquear el resto de las energías una mujer puede transformarse en un “hombre de honor”.

La madre- la luna llena- fase ovulatoria- color rojo- verano
La madre es símbolo de fertilidad, nutrición y fortalecimiento de sus semejantes, es el momento de reconocer el vínculo que tenemos con la tierra.
Bajo la luz de la luna llena renovamos nuestra conexión con lo divino que está presente en la naturaleza y en nosotras mismas, esta fase aparece más o menos durante la ovulación, si nuestra ovulación se produce durante la luna llena experimentaremos la certeza de ser parte de la creación y participar en ella, en este periodo también tenemos fuerza y energía pero en lugar de ser dinámica ahora es abnegada,  éste es el momento en el que nuestro aspecto interno de amor y protección se equilibra con el aspecto externo.
La Madre tiene la capacidad de responsabilizarse de los demás, nos cuida, guía, ama, aconseja y nos ofrece su compasión, la madre es el pilar de la familia y la  mantiene unida. Son buenos momentos para ponernos en contacto con amigos y familiares que tiene tiempo que no visitamos, para visitar a nuestra madre o hacer algo especial con nuestros hijos; nos da seguridad en nosotras mismas incrementando nuestra integridad, satisfacción y autoestima, el enfoque de esta energía se encuentra en los demás y no en nosotras mismas, nos posibilita para ayudar,  animar, apoyar, alentar y dar fuerza a los que nos rodean, podemos ser más receptivas a las ideas de los demás y aportarles nuevos enfoques o perspectivas, incluso algunas personas se nos acercaran  con más confianza para pedirnos ayuda o consejos, y nosotras podemos ayudar utilizando nuestra fuerza y sabiduría maternas.
La sexualidad de la madre genera un impulso creativo muy fuerte que podemos aprovechar para darle vida a nuevas ideas y ponerlas en práctica; el impulso sexual es fuerte y trae un profundo amor por nuestras parejas.
 Si algunos proyectos a largo plazo avanzan muy despacio podemos utilizar la fase de la madre para mantenerlos vivos e inyectarles entusiasmo, la expresión de ésta energía creativa puede ser manifestada en el cuidado de nuestro jardín o de nuestra casa, organizando o redecorando.
Esta etapa es más profunda y menos superficial, el estilo y los colores de la ropa que usamos pueden tender a reflejar los colores de la naturaleza, del verano, ropas étnicas de fibras y tintes naturales, o bien el uso de colores rojos o verdes como símbolo de la vida.
Nuestra expresión es externa e interna, puede ser un periodo muy espiritual que nos ayuda a sentir la armonía de la vida de la naturaleza y de la divinidad. Para poder sentir la naturaleza y la vida nuestro ser sentirá ganas de ver la luna, el cielo, las estrellas, oler las flores, sentir el viento, sentiremos más ganas de rodearnos de la belleza de la naturaleza incluso en la oscuridad de la noche porque podemos descubrirla en un nivel más profundo, sentiremos nuestra semejanza,  aprenderemos de ella, la cuidaremos y respetaremos como a nuestra madre, porque lo es.
Cuando las mujeres reprimimos las energías de la madre no aprendemos los profundos lazos que nacen del hecho de compartir o cuidar de otras personas. Por el contrario si dejamos que estas energías dominen nuestra vida podemos ser demasiado pasivas, sin ambiciones ni confianza en nosotros mismas cuando surgen temas que no tienen que ver con la madre, no tendremos conciencia de nuestras propias necesidades y la familia se convertirá en la única razón de nuestra existencia, será difícil dejar ir a los hijos y adaptarse a la nueva situación.
La hechicera- luna menguante-fase premenstrual-color azul y negro- otoño
 La sabiduría, la puerta de la muerte y el camino hacia los poderes del mundo interior, estas energías surgen cuando el óvulo ya ha sido liberado pero no ha sido fecundado.
En esta fase el vigor físico y el pensamiento intelectual se empiezan a hacer a un lado para dar paso al pensamiento intuitivo, nuestra energía se empieza a orientar hacia el interior y las mujeres empezamos a percibir el lado interno y misterioso de nuestra naturaleza,  mientras avanza esta fase, experimentamos una mayor necesidad de dormir pero nuestra mente está muy inquieta como para relajarnos, esta actividad mental es el reflejo de la creciente energía creativa que fluye en nuestro cuerpo, cada vez nos sentiremos mas inquietas, sensibles y empáticas, nuestro nivel de concentración es más bajo y nuestros pensamientos se volverán más ilógicos y emocionales. Tenemos mayor conciencia de nuestra naturaleza interior, podemos sentir la necesidad de aprender o practicar asuntos relacionados con lo  esotérico, espiritual, psicológico o intuitivo porque incluso nuestros sueños podrán evocar temas mágicos.
Nuestra sexualidad se hace más poderosa e intensa, nos sentimos más sensuales y nos damos cuenta de nuestra propia magia y poder así como del efecto que tienen estos atributos en los hombres. Tenemos gran seguridad en nosotras mismas para provocar y seducir, nuestra sexualidad se torna agresiva exigente y hasta cierto punto egoísta y vampírica porque la finalidad es satisfacer nuestros propios deseos, con el avance de esta energía la sensualidad se vuelve erotismo y somos tan atrevidas como audaces e irresponsables.
En los días previos a la menstruación aumenta nuestro impulso sexual esto significa que hay que darnos tiempo para disfrutar del sexo, puede que sintamos el impulso de que nuestra pareja nos garantice su amor y su fidelidad,  pero en vez de esperar que nos satisfagan hay que aplicar nuestra sexualidad en el romance y usarla para seducir y volvernos más aventureras y excitantes.
Nuestros pechos y nuestro vientre comienzan a hincharse pero con la sensualidad y sexualidad que emerge de nuestro cuerpo no dudemos que la redondez de nuestro cuerpo es una buena expresión de nuestra condición de ser mujeres.
Manifestamos de manera consciente o  inconsciente  los colores  oscuros en nuestra ropa, el uso de  telas suaves y vaporosas o el uso de lencería sexi para reflejar nuestra naturaleza erótica.
Las energías de la hechicera tienen un aspecto negativo y uno positivo, uno constructivo y otro destructivo, si dejamos que las dos  energías fluyan podemos encontrar el equilibrio entre ellas, posee violentas explosiones de creación o destrucción así que en la medida de lo posible hay que aplicar esta creatividad en cualquier tipo de tareas y prepararnos  para aceptar las ganas de destruir lo que acabamos de crear, teniendo en cuenta que lo importante es liberar estas energías sin causar daño. La práctica de la relajación nos puede ayudar.
A veces nos comportamos celosas y sarcásticas, reprochamos y regañamos a los demás, podemos ser muy exageradas y complicar las cosas, algunas podremos hablar con sinceridad y lastimar a alguien más. Pero si usamos esta sinceridad para con nosotras mismas  podremos concientizarnos sobre las cosas que debemos cambiar, porque la hechicera descubre que las cosas no son estáticas, lo viejo tiene que morir para que viva lo nuevo.
Tenemos que guiar las energías creativas para aplicarlas en la vida cotidiana, aprendamos a usar nuestros periodos de introspección para examinar nuestra vida y decidir qué cambios necesitamos llevar a cabo. Pueden ser una herramienta de destrucción controlada que nos ayuda a deshacernos de todo lo viejo y no deseado en nuestras vidas y romper los lazos que nos atan a ellos.
Esta etapa refleja la necesidad de cambiar y crecer que tenemos las mujeres, podemos  dejar los aspectos de nuestras relaciones que no son necesarios o que causan problemas. Por pequeños que sean los cambios que hagamos son necesarios y hay que hacerlos. Algunas tenderemos a limpiar a fondo nuestra casa  unos días antes de la menstruación, sin saber que esta acción está expresando nuestro  ser y por eso al  estar terminando con el ciclo viejo  limpiamos los escombros.
Los cambios radicales de humor, el comportamiento exigente, la sensación de inseguridad e intranquilidad, la frustración y la hiperactividad mal enfocada son el resultado del desequilibrio y la restricción de estas energías, ya que, aunque las tratemos de reprimir estas energías encuentran salida, solo que mal enfocadas, se tornan destructivas para nosotras y pueden derivar en depresión.
En la totalidad del ciclo, la mujer desciende desde el exterior luminoso hasta la oscuridad de su interior y vuelve a nacer a la luz  para morir de nuevo en la oscuridad constante mente, mes a mes.
 Si como mujeres no somos capaces de descender a nuestro interior ya sea por ignorar el cambio o por reprimirnos el lado oculto de nuestra naturaleza rompemos el vínculo entre nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro ciclo.
 Si las energías que manifiesta la mente quedan atrapadas si fluir se manifiesta la autodestrucción, una mujer que se odia y odia su naturaleza se destruye; cuando las mujeres no manifestamos la fase de la hechicera mostramos auto agresividad, violencia, desordenes alimenticios, comportamiento maniaco o compulsivo, si dejamos que domine en nuestra vida la hechicera podemos tornarnos más agresivas, dominantes, poco tolerantes, poco consideradas con los demás, nuestra creatividad se vuelve compulsiva, inestable, incontrolable, y nuestras relaciones son cortas y de interés sexual.
Las energías creativas
Las energías creativas aparecen como estallidos repentinos que si aprendemos a utilizar podrían  ser la clave para nuestra evolución, existen según nuestro ciclo hormonal, en las fases preovulatorias somos  o deberíamos ser naturalmente más iniciáticas y visionarias, durante  la ovulación ser más físicas y emocionales, en la premenstrual más dinámicas e intuitivas y en la menstrual más instintivas y espirituales. Naturalmente acompañadas de la sensualidad  femenina en cada una
Las energías creativas de la mente se expresan mediante la visualización y el pensamiento, las energías creativas del cuerpo las expresamos mediante nuestra interacción con el mundo que nos rodea. La visualización de imágenes o símbolos de nuestro ciclo menstrual nos ayudan a identificarnos con ellos para establecer un vínculo entre nuestra mente y nuestras energías creativas. Las ideas que surjan de nosotras también son nuestras hijas concebidas en el útero de la mente, y pueden adoptar una forma física o formar parte de nuestro crecimiento interior. 
Si liberamos las energías creativas de forma constructiva podemos alcanzar el equilibrio y la armonía.
Las  habilidades tradicionales son las maneras más sencillas de expresar nuestras energías creativas por medio de las manos, (durante generaciones las mujeres hemos hilado, cosido, tejido, cocinado, horneado y decorado todo) la imposición de manos es una opción para liberar las energías creativas con propósitos curativos; el arte que es de las formas más antiguas de expresión ya sea  del cuerpo, voz, música, danza,  pintura, escultura,  escritura, fotografía, cine etc. Todas  reflejan la conexión de nosotras con el entorno y nuestra consciencia espiritual. Por ejemplo bailar al ritmo de la música nos ayuda a conocer más nuestro cuerpo y a expresar nuestras emociones internas, es una manera de sanar, pues nuestras necesidades y desequilibrios internos encuentran una expresión constructiva en el exterior.
El sexo y el erotismo son fuerzas poderosas al momento de generar arte, la sexualidad ofrece la posibilidad de crear y modelar la vida, el acto sexual despierta la creatividad de la mujer e intensifica nuestra capacidad de inspiración que se verá reflejada en la vida cotidiana y en nuestra relación con la naturaleza.
 Conclusión
Un mundo en el que se dedica poco tiempo a la expresión creativa es un mundo desconectado de su propia naturaleza. Actualmente  debemos restablecer de manera más consciente los roles estrictos de la mujer porque las energías creativas y las aptitudes femeninas tienen mucho que ofrecer a la sociedad.
Las mujeres que estamos aisladas, cansadas, poco inspiradas, sin actividad sexual y pensando que el mundo que nos rodea es cada vez peor, estamos restringiendo nuestras energías creativas, y ahora también descubrimos que nuestros estados de irritabilidad, frustración, tendencias destructivas y los comportamientos compulsivos que podemos llegar a tener son producto de la represión de nuestras energías.
El ciclo menstrual puede activar el crecimiento físico, emocional, intelectual y espiritual de la mujer., por lo tanto el crecimiento de las sociedades. 
  Si las mujeres somos consientes de nuestros ciclos y nuestras energías no tenemos porqué parecer o estar enfermas, locas, histéricas, frustradas, ni feas.
Cada una de nosotras puede elegir lo que quiere vivir, podemos construirnos y destruirnos a nosotras mismas, tal vez el “ignorar” la conexión de nuestra naturaleza con los ciclos y las energías creativas inherentes era un buen pretexto para destruirnos, pero ahora que sabemos cómo funcionan y cómo podemos expresarlas es un buen pretexto para construirnos.


Las mujeres debemos saber:
-Revalorar las cuestiones femeninas, son sumamente sagradas y contienen infinita sabiduría.                                                                                                           
-Las mujeres debemos aceptar que nuestra menstruación nos hace experimentar un estado de conciencia alterado el cual debemos utilizar en forma positiva.
-Trabajar nuestro conocimiento personal para comprender la naturaleza cíclica femenina y los ritmos del universo.
-Ser responsables de trabajar con las energías creativas de nuestro ser.
-Ser  mujer es un Don.

En lo que conozco de la tradición de temazcal me han enseñado que es preferible que una mujer menstruando no mezcle su energía con la de los hombres dentro del temazcal y algunos argumentan que lo hacen para ¿protegernos o protegerse? Lo cierto es que no hacemos daño ni necesitamos que nos protejan, simplemente necesitamos aceptar nuestra naturaleza y reconocer la sabiduría que habita en nuestro ser para transformarnos juntos dentro de un temazcal.

Recopilación y palabras de la compañera Kandy, temazcalera que por un tiempo se enfocó en trabajar con mujeres en temazcal porque no nos dejaban entrar al de hombres, mientras menstruábamos y no comprendíamos y aceptábamos que fuera de esa manera. Nos parece que ni ellos comprendían porque nos segregaban, el ser humano siempre ha apartado a lo que es diferente, por miedo e ignorancia,  esto no era la excepción, también nos pasó.  

                                                              
                                                                                           
 

Bibliografía:

 Luna roja. Miranda Gray. Ed. Gaia.